SUICIDIO O DESTINO
Nadie se levanta una mañana y le da por suicidarse ese día: no es algo que se improvise, por el contrario, es una decisión que se madura y se recapacita mucho. Por otro lado, no estoy de acuerdo que los suicidas sean personas que se hayan vuelto idiotas: muchas mentes lúcidas han optado por esa fórmula expeditiva.
Había un profesor de Física que para explicar de una forma gráfica las leyes del péndulo simple, la ecuación del movimiento radial y la intervención de las Leyes de Newton, colgaba de un pescante una pesa de cinco kilos que pendía a unos cuatro metros, se sentaba apoyado contra la pared, traía hacía si la pesa, se la colocaba rozándole la nariz y la soltaba; evidentemente, cuando regresaba la pesa, después de la oscilación completa, no llegaba hasta su nariz ni su cara: la física así lo decía, pero había que estar muy seguro de las matemáticas para prestarse a ese experimento. Pues el suicidio lúcido es algo así, y no es que yo lo vaya a poner en práctica por muy coherente que me considere, pero tienes que estar muy seguro de lo que haces porque obviamente no es retroactivo.
Y es que para plantearse un suicidio hay que valorar los siguientes puntos:
A.- Tener muy claro el concepto de vida y existencia. Para empezar, yo distingo tres conceptos diferentes: vida, existencia y consciencia. La vida es lo que nos creemos que estamos viviendo, pero no es eterna y caduca. Por el contrario la existencia es eterna, y la consciencia es una y limitada por cada supuesta "realidad".
Voy a intentar explicar todo esto de una manera fácil de entender. Según los estudios de los físicos, que se han adentrado en el mundo cuántico, las partículas subatómicas se ha demostrado que carecen prácticamente de masa. Por otro lado, se sabe, por el "Principio de incertidumbre de Heisenberg", que es imposible medir con precisión la posición y el movimiento de estas partículas. Por último, hay un hecho que, por lo menos a mí, me intriga, y es saber qué pasaría si se pudiese superar la velocidad de la luz, esos trescientos mil kilómetros por segundo..., bueno, algo menos porque no llega a esa cantidad. Y me intriga porque otra cosa que sabemos es que las galaxias se expanden a más velocidad que la de la luz, por lo que parece que ahí, en esa velocidad de la luz, nos hayan puesto un "limitador" para que no vayamos más allá; es más, aún no tenemos claro del todo si rebasarla nos condenaría a morir en un agujero negro por el aumento desproporcionado de las fuerzas de la gravedad de las partículas que provocaría se curvase el espacio-tiempo. Todo esto, me hace pensar que quizá, y digo sólo "quizá", nosotros seamos un "espejismo" de nosotros mismos y que, tal y como defienden algunos físicos, formemos parte en infinitos espejismos de ese multiverso de infinitos universos paralelos; y que ese "limitador" se haya creado para que no podamos bajo ningún concepto llegar a corroborar dicha teoría porque estamos atrapados "virtualmente" es este universo, ya que sólo estamos capacitados, por la consciencia, a interrelacionar en un único universo a la vez, y esto vuelve a refrendarse con el experimento de la doble rendija de Thomas Young. De hecho, y como prueba, este universo es "tridemensional" y ya se sabe que hay como mínimo once dimensiones, pero precisamente sólo en una realidad tridimensional puede haber gravedad y por tanto una vida, u holografía, como la que conocemos, y en la que es factible podernos interrelacionar entre nosotros de una forma que creamos nosotros mismos y que percibimos como física siendo simplemente vibración..
Pero incluso en estas condiciones vuelve a estar limitada, y vuelve aquí a ser fundamental las limitaciones, esta vez sensoriales, ya que si tuviésemos, por ejemplo, una vista excepcional o un olfato excepcional, entonces nos repugnaríamos porque los olores de los demás, y el nuestro propio, nos serían insoportables, y las células, escamas y secreciones que salen de la piel de nuestro rostro haría que nos resultase vomitiva esa imagen. Es decir, llegamos a dos conclusiones: las limitaciones son necesarias para poder experimentar lo que yo llamo esta representación de nosotros mismos y de los demás, "hologramas", de esta vida "virtual"; y por otro lado, que nuestra consciencia es una especie de algoritmo limitado y que tenemos una por realidad virtual o por universo paralelo.
Aquí hay que tener en cuenta otro hecho demostrado por Einstein y es que el tiempo y el espacio no son lineales, por lo que intentar entender toda esta hipótesis que estoy desarrollando sin tener en cuenta este hecho sería imposible.
Si nos adentramos en la consciencia, bajo mi punto de vista, la consciencia es el algoritmo que posee, o forma parte, de cada vida virtual para poder experimentarla, y que cada vez que concluye una de estas "vidas", y de una forma automática, se borran todos los datos que hemos ido registrando, o abandonamos dicho algoritmo con esas representación que ya deja de existir para nosotros. Dicho de una manera más matemática, es un algoritmo limitado; un sistema parecido al "block-chain" donde hay diversos algoritmos, todos limitados, para cada moneda digital o "altcoin".
Pero para acabar de entender este asunto hay que intentar matizar lo que es "existencia" y el secreto para que las consciencias, los algoritmos, se sucedan sin crear un colapso; sería lo que en matemáticas se llamaban "sucesiones convergentes" que, si recordáis, tenían un límite finito, que encaja perfectamente con el algoritmo limitado.
Pues bien, bajo mi punto de vista, la existencia es infinita y necesaria; esta basada en la energía y en un sistema del que está dotado el universo, y por ende, el multiverso que forma toroides y estos crean la energía y con esa energía de ese universo, de esa realidad virtual, los hologramas. Ese toroide que aparece en el campo magnético y que lo envuelve todo, eso que muchos llaman alma y que, bajo mi punto de vista, es un hecho tan físico como el Big Band.
Por último, para acabar esta exposición, el espacio y tiempo no son lineales, pero nosotros los hacemos lineales para poder ordenar los acontecimientos. Pues bien, hay un retardo, es decir, nosotros vivimos unas décimas de segundo por detrás del acaecimiento, por lo que nosotros jamás podremos ser conscientes de nuestra muerte y simplemente cuando perdemos la consciencia, porque se ha llegado al final de algoritmos de esta existencia, entramos, por decirlo de alguna manera, en el siguiente algoritmo, en el siguiente universo paralelo sin haber tan siquiera experimentado la muerte. Por lo que llegamos a la conclusión de que la muerte no existe.
Por lo que si ya tenemos claro que esta existencia es virtual, que es más que probable que seamos "hologramas" de nosotros mismos, el suicidio podría formar parte de ese algoritmo de ese universo, o dicho de otra manera, que habrá alguna existencia o vida paralela, como queramos llamarla, en la que nos suicidaremos, como la habrá en la que muramos en un accidente de avión, o asesinado en un callejón siniestro, y eso es así porque son infinitos universos, infinitos algoritmos, e infinitas consciencias.
Y si nos centramos en las filosofías tibetanas, la famosa rueda del "Samsara" se ajustaría a esta teoría; e incluso el cristianismo que, en un principio, hablaba de la reencarnación. Y es que desde que la Física salió del letargo del Universo de Newton los avances hacia la comprensión de lo que nos acontece está respondiendo todas las preguntas y dudas, sólo, y como siempre, hay que interpretar lo que las nuevas leyes nos quieren decir.
Había un profesor de Física que para explicar de una forma gráfica las leyes del péndulo simple, la ecuación del movimiento radial y la intervención de las Leyes de Newton, colgaba de un pescante una pesa de cinco kilos que pendía a unos cuatro metros, se sentaba apoyado contra la pared, traía hacía si la pesa, se la colocaba rozándole la nariz y la soltaba; evidentemente, cuando regresaba la pesa, después de la oscilación completa, no llegaba hasta su nariz ni su cara: la física así lo decía, pero había que estar muy seguro de las matemáticas para prestarse a ese experimento. Pues el suicidio lúcido es algo así, y no es que yo lo vaya a poner en práctica por muy coherente que me considere, pero tienes que estar muy seguro de lo que haces porque obviamente no es retroactivo.
Y es que para plantearse un suicidio hay que valorar los siguientes puntos:
A.- Tener muy claro el concepto de vida y existencia. Para empezar, yo distingo tres conceptos diferentes: vida, existencia y consciencia. La vida es lo que nos creemos que estamos viviendo, pero no es eterna y caduca. Por el contrario la existencia es eterna, y la consciencia es una y limitada por cada supuesta "realidad".
Voy a intentar explicar todo esto de una manera fácil de entender. Según los estudios de los físicos, que se han adentrado en el mundo cuántico, las partículas subatómicas se ha demostrado que carecen prácticamente de masa. Por otro lado, se sabe, por el "Principio de incertidumbre de Heisenberg", que es imposible medir con precisión la posición y el movimiento de estas partículas. Por último, hay un hecho que, por lo menos a mí, me intriga, y es saber qué pasaría si se pudiese superar la velocidad de la luz, esos trescientos mil kilómetros por segundo..., bueno, algo menos porque no llega a esa cantidad. Y me intriga porque otra cosa que sabemos es que las galaxias se expanden a más velocidad que la de la luz, por lo que parece que ahí, en esa velocidad de la luz, nos hayan puesto un "limitador" para que no vayamos más allá; es más, aún no tenemos claro del todo si rebasarla nos condenaría a morir en un agujero negro por el aumento desproporcionado de las fuerzas de la gravedad de las partículas que provocaría se curvase el espacio-tiempo. Todo esto, me hace pensar que quizá, y digo sólo "quizá", nosotros seamos un "espejismo" de nosotros mismos y que, tal y como defienden algunos físicos, formemos parte en infinitos espejismos de ese multiverso de infinitos universos paralelos; y que ese "limitador" se haya creado para que no podamos bajo ningún concepto llegar a corroborar dicha teoría porque estamos atrapados "virtualmente" es este universo, ya que sólo estamos capacitados, por la consciencia, a interrelacionar en un único universo a la vez, y esto vuelve a refrendarse con el experimento de la doble rendija de Thomas Young. De hecho, y como prueba, este universo es "tridemensional" y ya se sabe que hay como mínimo once dimensiones, pero precisamente sólo en una realidad tridimensional puede haber gravedad y por tanto una vida, u holografía, como la que conocemos, y en la que es factible podernos interrelacionar entre nosotros de una forma que creamos nosotros mismos y que percibimos como física siendo simplemente vibración..
Pero incluso en estas condiciones vuelve a estar limitada, y vuelve aquí a ser fundamental las limitaciones, esta vez sensoriales, ya que si tuviésemos, por ejemplo, una vista excepcional o un olfato excepcional, entonces nos repugnaríamos porque los olores de los demás, y el nuestro propio, nos serían insoportables, y las células, escamas y secreciones que salen de la piel de nuestro rostro haría que nos resultase vomitiva esa imagen. Es decir, llegamos a dos conclusiones: las limitaciones son necesarias para poder experimentar lo que yo llamo esta representación de nosotros mismos y de los demás, "hologramas", de esta vida "virtual"; y por otro lado, que nuestra consciencia es una especie de algoritmo limitado y que tenemos una por realidad virtual o por universo paralelo.
Aquí hay que tener en cuenta otro hecho demostrado por Einstein y es que el tiempo y el espacio no son lineales, por lo que intentar entender toda esta hipótesis que estoy desarrollando sin tener en cuenta este hecho sería imposible.
Si nos adentramos en la consciencia, bajo mi punto de vista, la consciencia es el algoritmo que posee, o forma parte, de cada vida virtual para poder experimentarla, y que cada vez que concluye una de estas "vidas", y de una forma automática, se borran todos los datos que hemos ido registrando, o abandonamos dicho algoritmo con esas representación que ya deja de existir para nosotros. Dicho de una manera más matemática, es un algoritmo limitado; un sistema parecido al "block-chain" donde hay diversos algoritmos, todos limitados, para cada moneda digital o "altcoin".
Pero para acabar de entender este asunto hay que intentar matizar lo que es "existencia" y el secreto para que las consciencias, los algoritmos, se sucedan sin crear un colapso; sería lo que en matemáticas se llamaban "sucesiones convergentes" que, si recordáis, tenían un límite finito, que encaja perfectamente con el algoritmo limitado.
Pues bien, bajo mi punto de vista, la existencia es infinita y necesaria; esta basada en la energía y en un sistema del que está dotado el universo, y por ende, el multiverso que forma toroides y estos crean la energía y con esa energía de ese universo, de esa realidad virtual, los hologramas. Ese toroide que aparece en el campo magnético y que lo envuelve todo, eso que muchos llaman alma y que, bajo mi punto de vista, es un hecho tan físico como el Big Band.
Por último, para acabar esta exposición, el espacio y tiempo no son lineales, pero nosotros los hacemos lineales para poder ordenar los acontecimientos. Pues bien, hay un retardo, es decir, nosotros vivimos unas décimas de segundo por detrás del acaecimiento, por lo que nosotros jamás podremos ser conscientes de nuestra muerte y simplemente cuando perdemos la consciencia, porque se ha llegado al final de algoritmos de esta existencia, entramos, por decirlo de alguna manera, en el siguiente algoritmo, en el siguiente universo paralelo sin haber tan siquiera experimentado la muerte. Por lo que llegamos a la conclusión de que la muerte no existe.
Por lo que si ya tenemos claro que esta existencia es virtual, que es más que probable que seamos "hologramas" de nosotros mismos, el suicidio podría formar parte de ese algoritmo de ese universo, o dicho de otra manera, que habrá alguna existencia o vida paralela, como queramos llamarla, en la que nos suicidaremos, como la habrá en la que muramos en un accidente de avión, o asesinado en un callejón siniestro, y eso es así porque son infinitos universos, infinitos algoritmos, e infinitas consciencias.
Y si nos centramos en las filosofías tibetanas, la famosa rueda del "Samsara" se ajustaría a esta teoría; e incluso el cristianismo que, en un principio, hablaba de la reencarnación. Y es que desde que la Física salió del letargo del Universo de Newton los avances hacia la comprensión de lo que nos acontece está respondiendo todas las preguntas y dudas, sólo, y como siempre, hay que interpretar lo que las nuevas leyes nos quieren decir.
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